Esta región del noreste de Francia es un lugar ideal para pasar unos días de desconexión. Sus pueblos de cuento, sus paisajes boscosos, el mar de viñedos infinito y sus impresionantes castillos hacen de esta región de Francia el lugar perfecto para realizar un increíble viaje por carretera. Por ello, hemos elaborado una lista de los mejores lugares que ver en Alsacia para que aproveches al máximo tu visita a esta región francesa. Además, debes saber que para conocer bien Alsacia necesitarás unos tres o cuatro días.
La mejor manera de llegar a Alsacia es en avión, aunque al aeropuerto de Estrasburgo, el único de la región que recibe vuelos internacionales, no llegan vuelos directos desde España. Sin embargo, tienes otras opciones viables, como son los aeropuertos de Zúrich o Basilea en Suiza o los de Baden-Baden, Fráncfort o Suttgart en Alemania. Y si te estás preguntando cómo moverte por Alsacia, debes saber que, aunque te puedes desplazar en tren por Francia, la mejor forma es hacerlo con un coche de alquiler, ya que te permitirá conocer esta región libremente.
Qué ver en Alsacia

¿Qué no puedes perderte de Alsacia? A continuación, te ofrecemos una lista de algunos de los mejores lugares que visitar en Alsacia para que realices un viaje que nunca podrás olvidar.
1. Colmar

Colmar es para muchos el pueblo más bonito de la región francesa de Alsacia gracias a sus preciosas casas de colores con entramados de madera, tan típicas de esta zona, y a sus bonitas calles empedradas. Además, Colmar es un lugar perfecto como base para iniciar alguna ruta por los pueblos de alrededor, por lo que te recomendamos pasar a una cafetería para coger fuerzas con algún desayuno típico de Francia antes de iniciar tu marcha.
Entre los rincones más espectaculares de este municipio está la Pequeña Venecia, un barrio de casas de colores que se encuentra a orillas del río Launch. Otro magnífico ejemplo de estas casas típicas de Alsacia lo podrás encontrar en los barrios del Curtidor y la Pescadería, por los que te recomendamos perderte por sus calles. Y no puedes irte de este lugar sin probar las especialidades locales en alguno de los restaurantes de Colmar.
2. Estrasburgo

Una de las ciudades más bonitas de Francia es Estrasburgo, capital de Alsacia, que, además, es sede del Parlamento Europeo y de otras instituciones europeas. De hecho, puedes visitar estos edificios en el llamado «barrio Europeo». Uno de los lugares más bellos de Estrasburgo es la Petit France, un barrio donde encontrarás el puente de San Martín, desde el que verás la esclusa y el salto de agua que antiguamente impulsaba los molinos y que actualmente arroja agua al canal.
Tampoco puedes perderte la catedral de Notre Dame y su popular reloj astronómico, así como las callejuelas que hay alrededor. También te recomendamos coger un barco en el centro para llegar a la zona moderna de la ciudad. Además, debes saber que Estrasburgo es considerada la capital de la Navidad, por lo que, si vas en estas fechas, no te pierdas el mercadillo de la plaza de la Catedral.
3. Eguisheim

Eguisheim se encuentra muy cerca de Colmar, a unos 15 minutos en coche, por lo que puedes compaginar las dos visitas en un día. Está considerado uno de los pueblos más bonitos de Francia, y sobre todo sorprende por la distribución de sus calles en círculos concéntricos, que dan forma al casco histórico. Te recomendamos pasear por estas calles mientras admiras las bellas casas entramadas de colores, las cuales se encuentran adornadas con flores.
Además, en estas calles hay varias tiendas artesanales, donde puedes comprar algún producto para llevártelo a modo de recuerdo de tu viaje por Alsacia. Uno de los lugares que no puedes perderte de este pueblo es Le Pigeonnier, un antiguo palomar que es uno de los emblemas de Eguisheim. Al ser un pueblo pequeño, no tardarás mucho en recorrerlo, por lo que te aconsejamos acercarte a visitar los llamados Tres Castillos de Eguisheim.
4. Ribeauvillé

Este pueblo es uno de los imprescindibles de la ruta del Vino de Alsacia. La forma más sencilla de visitarlo es paseando por la Gran Rue, calle que te permitirá ver los lugares más emblemáticos del pueblo. Aquí, verás la Fontaine du Vigneron, construida en honor a los enólogos de Alsacia, y el Pfifferhüs o casa de los ménétriers (‘violinistas’), un claro ejemplo de arquitectura alsaciana construida en 1663.
Otro edificio popular es la capilla de Santa Catherine que, actualmente, es una sala de exposiciones y el lugar donde están enterrados algunos miembros de la familia Ribeaupierre, a quien el pueblo debe su nombre. Al lado de la capilla está la Place de L´Ancien Hôpital, donde apreciarás una bonita casa convertida en un bar de vinos típicos de Alsacia. También puedes ver la Place de la Marie, en la que está el Hôtel de Ville (el ayuntamiento).
5. Riquewihr

Conocido como la Perla de los Viñedos, Riquewihr es uno de los municipios con más encanto de la ruta del Vino de Alsacia. Cuando estés en Riquewihr, conocerás el ayuntamiento, un edificio neoclásico por el que a través de su puerta accederás al centro histórico del pueblo. Tras cruzar el arco del ayuntamiento, llegarás a la Rue du General de Gaulle, donde admirarás las típicas casas alsacianas con entramado de madera de diferentes colores.
Muchas de estas han sido convertidas en restaurantes, hoteles y tiendas. Al final de esta calle, verás uno de los iconos del pueblo, la torre Dolder, una torre de carácter defensivo del siglo XIII en cuyo interior hay un museo de armas de la época. Al otro lado de la torre está la Fontaine de la Sine, muy cerca de la Porte Haute. Y no te vayas de Riquewihr sin ver la Rue des Trois Églises.
6. Kaysersberg

Este pueblo está en el valle de Weiss, y es atravesado por el río del mismo nombre, que separa su centro histórico. Una vez en esta localidad, puedes visitar la Place de la Mairie, donde se encuentra el ayuntamiento. Después, dirígete a la calle principal de Kaysersberg, la Rue du General de Gaulle. Lo primero que te encontrarás a la derecha será la Place de l’Eglise, donde está la fuente de Constantino.
Detrás de esta fuente está la iglesia más importante del pueblo, la Église Sainte Croix, cuyo interior bien merece una visita, de modo que te recomendamos entrar para ver su retablo policromado de madera de la Pasión de Jesucristo. Si continuas por esta calle, llegarás al puente Fortificado, que atraviesa el río Weiss. Cerca del puente, no puedes perderte la Chapelle de l’Oberhof o la Maison Faller-Brief. También te recomendamos pasear por la Rue des Forgerons y ver el Château du Schloss.
7. Que ver en Alsacia: Obernai

Obernai está a medio camino entre Colmar y Estrasburgo, y es una comuna francesa que se localiza en el departamento del Bajo Rin. Goza de una ubicación privilegiada, porque está entre el monte de Saint Odile y las montañas de los Vosgos. Una de las primeras cosas que verás al llegar es su muralla, de la que quedan todavía varios tramos. Al cruzar la puerta de acceso de la muralla llegarás a la plaza André Neher, una de las principales de la ciudad.
Muy cerca, puedes ver la sinagoga judía del siglo XIX. Recorre la Rue du Marché, la principal de Obernai, y conoce la Place du Marché, en cuyas inmediaciones se hallan el antiguo mercado del trigo, el patio Fastinger, la fuente de Saint Odile, el ayuntamiento y el campanario de la Virgen. Tampoco puedes perderte el pozo de los Seis Cubos y la iglesia de San Pedro y San Pablo.
8. Turckheim

Turckheim es otro de los pueblos que tienes que ver cuando vayas a conocer Alsacia. Cuando llegues a Turckheim, una de las primeras cosas que verás será la puerta de Francia, que se trata de uno de los accesos al centro histórico. Al atravesar esta puerta, llegarás a la Place Turenne, donde disfrutarás de los edificios y su arquitectura, así como de la fuente del siglo XVIII en la que aparece la figura de la Virgen con el niño.
Cerca de esta plaza está la Place de L’Eglise, en la que se encuentran el jardín de la Ville, el ayuntamiento y la iglesia de Santa Ana. También puedes recorrer la Gran Rue, donde verás las típicas casas alsacianas. Al final de esta calle está la puerta de Münster, conocida como el Obertor, por donde pasaban los sentenciados a muerte. Y no te vayas de Turckheim sin ver la puerta de Brand.
9. Castillo de Haut-Koenigsbourg

Otro de los lugares imprescindibles que ver en Alsacia es el castillo de Haut-Koenigsbourg, ubicado en el monte Stophanberch. El origen de este castillo se remonta al siglo XII, cuando era una fortificación destinada a vigilar las rutas de trigo y de vino. Tras una época de abandono, fue reconstruido por completo en el siglo XIX, respetando la arquitectura medieval.
Cuando llegues a este castillo, te encontrarás con un exterior sobrio, aunque sus murallas de color rojizo te llamarán mucho la atención. También destaca el bosque que rodea el castillo. Una vez hayas atravesado la puerta principal, accederás al patio, desde donde verás las murallas guarnecidas y los sistemas de defensa, el pozo y los sistemas de recogida de agua de lluvia. Después, descubre el interior del castillo, que te sorprenderá por su rico mobiliario. Así, verás numerosas estancias, como la sala del trono, la bodega, la capilla o la armería.
Dirección: Orschwiller, Francia.
10. Hunawihr

Este pequeño pueblo está ubicado en la ladera de un valle entre los municipios de Riquewihr y Ribeauvillé, que se localiza a unos cinco minutos en coche. No tendrás problemas para dejar el coche, porque a la entrada del pueblo hay un aparcamiento gratuito. Te recomendamos perderte por las calles de este pueblo, en las que tendrás la oportunidad de observar casas de colores que parecen recién pintadas.
Uno de los emblemas de Hunawihr es la iglesia fortificada de St. Jacques-le-Majeur, perteneciente a los siglos XIV y XV. Se dice que esta iglesia sirvió de calabozo y refugio ante los ataques que sufría el pueblo. Además, debes saber que la única puerta de acceso al bastión estaba rematada por una gran torre que, en la actualidad, se encuentra parcialmente demolida. Aprovecha que estás en esta iglesia para disfrutar de unas increíbles vistas del pueblo y sus alrededores.
11. Mulhouse

Mulhouse es una ciudad que se encuentra en el sur de la región de Alsacia, y cuenta con una ubicación privilegiada al situarse muy cerca de las fronteras de Alemania y Suiza. Su patrimonio industrial y la gran cantidad de monumentos históricos la convierten en un gran destino turístico.
Uno de los lugares más emblemáticos de la ciudad es la plaza de la Reunión, donde verás el antiguo ayuntamiento, varias casas antiguas, una fuente y el templo de Saint-Etienne, a cuyo campanario te recomendamos subir para que disfrutes de unas vistas únicas de la ciudad.
Mulhouse fue uno de los primeros núcleos industriales del país galo, y destacaba en la manufactura textil. De este modo, puedes acercarte a conocer el Museo de la Impresión de Telas o el parque de Wesserling – Ecomuseo Textil. Y si te encanta el mundo del automovilismo, te aconsejamos escaparte a la cercana Ciudad del Automóvil.
12. Dambach-la-Ville

Dambach-la Ville es una de las aldeas más pequeñas pero con más encanto de la región de Alsacia. Además, cuenta con el mayor viñedo de toda la ruta del Vino de Alsacia. Debes saber que esta aldea perdió sus murallas, pero no todas sus puertas de entrada, ya que de cuatro puertas que se construyeron quedan tres: la Porte de Blienschwiller, la Porte d´Ebersheim y la Porte Dieffenthal.
Una vez te encuentres en esta aldea, podrás visitar la plaza del Mercado, donde verás el Hôtel de Ville o ayuntamiento, una fuente renacentista y la Maison du Sabotier, uno de los emblemas de la ciudad. Después, te aconsejamos darte un paseo por las calles de esta aldea, en las que admirarás las coloridas casas con entramado de madera, tan típicas de esta región alsaciana. Y no puedes dejar este pueblo sin visitar la iglesia de Saint-Étienne, construida en estilo neorrománico en el siglo XIX.
13. Sélestat

Sélestat está situada entre Colmar y Estrasburgo, y, sobre todo, destaca por su rico patrimonio arquitectónico. Sin duda, su principal atractivo es la Biblioteca Humanista, una de las dos que existen en Europa. Esta biblioteca alberga numerosas obras, como manuscritos medievales y más de 1000 impresos de los siglos XV y XVI. Entre las obras más importantes destacan El leccionario merovingio (s. VII) o El elogio de la locura de Erasmo.
Tras visitar esta espectacular biblioteca, puedes dar un paseo por el casco antiguo de la ciudad, donde verás bellas casas antiguas, sobre todo, en las calles de Oies, Des Veaux y Dorlan. También te recomendamos conocer los edificios religiosos de la ciudad, como la iglesia gótica de San Jorge, cuya nave está iluminada por vidrieras, la iglesia de Santa Fe del siglo XII y la iglesia de los Recoletos, único vestigio que queda del convento franciscano del siglo XIII.