Imagina que te encuentras en una cala paradisiaca rodeada de naturaleza y bañada por aguas transparentes. ¿Dónde crees que estás? Te equivocas, no hace falta irse tan lejos. Alicante tiene calas maravillosas en las que podrás pasar jornadas relajantes bañándote en aguas cristalinas, en un entorno natural y tomando el sol en un arenal casi en soledad. Es una de las provincias con más calas y playas galardonadas con el distintivo de “Bandera Azul”. A lo largo de los más de 244 km de costa de Alicante, puedes encontrar calas salvajes, urbanas, nudistas, secretas, perfectas para hacer esnórquel, ideales para ir en familia y todo lo que se te ocurra. Sea lo que sea lo que buscas a la hora de elegir una cala, lo hallarás en Alicante. En esta pequeña selección te contamos los detalles de las 10 más especiales.
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En Alicante hay calas idílicas
Te pedimos que nos acompañes a descubrir las calas más impresionantes de la región. Es bastante difícil elegir solo unas pocas, pero hemos elaborado esta lista con calas de lo más variado para que encuentres la que más se parezca a tu idea de “cala idílica”. Empezamos.
1. Cala del Moraig, en Poble Nou de Benitatxell
Un buen lugar para empezar a disfrutar de las calas de Alicante es en la del Moraig. Dado que la mayoría de los turistas (y locales) que se acercaban a la provincia pensaban lo mismo, actualmente el acceso es restringido y es necesario reservar para acceder. Está situada a los pies del macizo del Puig Llorença, cerca de Jávea.
Se trata de una cala de belleza natural y de aguas turquesa cuya estampa se acerca bastante a lo que uno entendería por “lugar paradisiaco”. Está rodeada de acantilados, fallas geológicas y la Cova dels Arcs, una cueva acuática en la que desemboca un río subterráneo. Es de cantos rodados, aunque en la orilla podrás pisar arena. Gracias a la cantidad de servicios que se ofrecen en ella y en los alrededores y a la calidad de sus aguas, fue galardonada con la famosa “Bandera Azul”.
2. Cala Almadrava, en Benidorm
Aunque el Rincón de Loix es conocido por ser la zona de fiesta más alocada de Benidorm, allí puedes disfrutar de una de las calas más bellas y tranquilas de Alicante, la de la Almadrava. Situada a los pies del parque natural de Serra Gelada (cerca de la cala del Tío Ximo), esta cala de aguas transparentes y tranquilas es ideal para tomarse un respiro de la animada ciudad y para hacer esnórquel. Es pequeña, de arena fina y rocas y de acceso algo complicado. Deberás bajar con precaución por el sendero rocoso que existe junto al mirador de punta L´Escaleta. No está catalogada como nudista, pero abundan los naturistas.
3. Cala Granadella, en Jávea
Pequeñísima cala situada en el parque forestal de la Granadella. Sus tranquilas aguas esmeralda y los acantilados que la circundan forman una estampa difícil de olvidar. Es de cantos rodados y gracias a sus maravillosas aguas cuenta con el galardón de “Bandera Azul” desde hace décadas. Se puede acceder a ella por una pequeña carretera y aparcar justo en la entrada, pero tal es su éxito entre turistas y locales que, en ocasiones, bajan la barrera de acceso y se limita el aforo. Es una cala rústica perfecta para descansar y hacer esnórquel (ya que en la orilla es posible observar un montón de peces). Pese a ser una cala salvaje, en ella dispondrás de todo tipo de servicios, como alquiler de hamacas, bares o actividades acuáticas.
4. Cala El Racó, en Calpe
Enclavada a los pies del peñón de Ifach y protegida por el dique sur del puerto de Calpe, se halla esta bella cala de aguas transparentes y grava (y cantos rodados y arena, un poco de todo) de tan solo 70 m de largo. Es muy fácil llegar en coche y en sus alrededores se ofrecen todo tipo de servicios. Esta cala es ideal para los aficionados al esnórquel o el buceo, cuenta con un recorrido subacuático señalizado con paneles de información que explican el medio marino de la zona. Está resguardada por altas paredes rocosas y tan solo se puede acceder a pie o en barco.
5. Cala Llebeig, en Benitatxell
Situada en el paseo que va del acantilado de Benitatxell a Moraira, es una cala remota de belleza espectacular. Una joya escondida de piedra y roca con aguas turquesa. Forma una pequeña “U” y esto la resguarda de las corrientes. El acceso es algo complicado, pero nada peligroso. Tendrás que caminar un poco, ya que está en la salida al mar del Barranco de la Viuda. Lo bueno de que cueste un poco llegar es que no verás a demasiada gente. La cala Llebeig está conectada con la cala Moraig a través de un sendero desde el que se puede disfrutar de unas vistas increíbles.
6. Cala Racó del Conill, en Vilajoyosa
El entorno de la cala Racó del Conill es espectacular; el verde del bosque de pinos que hay junto a ella, el turquesa del mar y la montaña te harán transportarte a un sitio muy lejano. Las pintorescas rocas de la cala se adentran en el mar que la baña y la dividen en dos pequeñas zonas: en una podrás tumbarte en la grava y en otra, sobre una lengua de piedra. En Alicante hay calas ideales para practicar esnórquel y esta es una de ellas.
Encontrarás un paisaje marino poco común. Es nudista, aunque hay todo tipo de visitantes, y en verano se puede disfrutar de un chiringuito cuya música de ambiente da un toque aún más especial al lugar. Acceder no es difícil (algo más si bajas por la zona que carece de escaleras), aunque la carretera que conduce hasta ella es de curvas pronunciadas y algo estrecha.
7. Cala Tío Ximo, en Benidorm
Por increíble que parezca, es posible encontrar un remanso de paz junto a Benidorm. Junto a la (igualmente tranquila) cala de la Almadrava y de la Sierra Helada, se halla esta pequeña cala de arena fina, roca y oleaje moderado. Está escondida entre acantilados, tiene tan solo 60 m de longitud y es perfecta para practicar esnórquel. Hay un pequeño chiringuito y la posibilidad de alquilar tumbonas. Entre el reducido número de personas que la visita verás nudistas y gente con bañador.
8. Cala Cap Blanc, en Moraira
También conocida como Punta de Estrella, esta cala virgen de roca está aislada y recibe pocos visitantes. Tiene tan solo 200 m de longitud y te conviene llevar todo lo que vayas a necesitar, porque carece de servicios. Lo bueno de eso es que hay pocas personas y podrás relajarte sin problemas. Los acantilados de la zona forman parte de la Red Natura 2000, una red de áreas de conservación de la biodiversidad en la Unión Europea. El acceso es algo difícil, así que no es adecuada para visitar en familia. Es nudista y el oleaje puede llegar a ser algo fuerte.
9. Cala Ferris, en Torrevieja
Palmeras, pequeñas dunas, aguas cristalinas y público escaso. La cala Ferris ofrece una estampa paradisiaca junto a Torrevieja. Es ideal para practicar esnórquel y nadar entre su pradera de posidonia. Bañarte ahí, entre palmeras, mientras oyes el grajeo de los pájaros y el relajante sonido del mar, a buen seguro será una experiencia que no olvidarás.
10. Cala La Solsida, en Altea
Situada en la costa norte de Altea, el acceso a esta cala es un poco complicado, pero merece la pena el esfuerzo. Tendrás que bajar por un camino algo empinado que cuenta con escalones. Entre acantilados encontrarás esta apacible cala de rocas y bolos. Bañada por aguas turquesas, es una cala natural nudista. Es de aguas tranquilas gracias a la protección de las rocas y, debido a la baja afluencia de público, es posible observar la abundante fauna marina.